PANEL DE EDUCACIÓN ESPECIAL

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Bienaventurad@s los que comprenden mi extraño paso al caminar y mis manos torpes. Los que saben que mis oídos tienen que esforzarse, para comprender lo que oyen. Los que comprenden que aunque mis ojos brillan, Mi mente es lenta. Los que miran Y no ven la comida que dejo caer fuera del plato. Los que con una sonrisa en los labios, Me estimulan a tratar una vez más. Los que nunca me recuerdan que hice hoy dos veces la misma pregunta. Los que comprenden que me es difícil convertir en palabras mis pensamientos. Los que me escuchan pues yo también Tengo algo que decir. Los que saben lo que siente mi corazón aunque no pueda expresarlo. Los que me respetan, Y aman como soy, tan solo como soy, y no como ellos quisieran que fuera. Y… Bienaventurados Todos aquellos que me ayudan En mí peregrinar Hacia la casa del PADRE CELESTIAL.



Evidencias Fotograficas

marzo 29, 2010

Déficit, Diferencia y Discapacidad

Acostumbramos a pensar la discapacidad como una condición en sí misma. Sin embargo, la discapacidad es una condición relacional, un producto en el cual una limitación funcional, en cualquier área del funcionamiento humano, queda sancionada por la sociedad, como una desviancia de escaso valor social. Para que una sociedad sancione como discapacidad a una limitación funcional, ésta tiene que ser minoritaria y presentarse en un área valorada dentro de la cultura donde el individuo viva. Aunque los eslongans publicitarios de una época proclamaban “todos somos discapacitados”, la frase no pasaba de ser un enunciado que intentaba impactar en el auditorio. Todos, sin duda, tenemos limitaciones funcionales, pero no todas estas limitaciones funcionales representan una desventaja social, ni son minoritarias. Puede que, en el país de los ciegos, el tuerto sea rey. Pero, en ese caso, los ciegos no serían considerados discapacitados.

La mera existencia de la limitación funcional, aunque sea minoritaria, no alcanza para producir una discapacidad si no existe un mecanismo social que la sancione como minusválida. Comprendamos que la discapacitación o la valoración social son procesos que no dependen de una sola persona ni de un solo acto, sino que están incluidos dentro del imaginario social, sostenidos por mecanismos analizables, desarticulables y potencialmente modificables. Estos mecanismos son operados o ejercidos por una instancia de poder dentro del marco social: la familia, la escuela, la institución médica. Que ésos sean los agentes no equivale a considerarlos únicos responsables de la producción de discapacidad. La sanción de discapacidad otorga, a esos agentes, el poder de administrar los recursos públicos, familiares y privados que se destinan al tratamiento de esa misma discapacidad. La atribución de minusvalía a un sector minoritario que presenta una limitación funcional es un ejercicio del poder, pseudojustificado por la elevación de la limitación funcional a la categoría de esencia, que sostiene la asistencia, la compasión o el tratamiento médico. Estas ayudas que, de allí en más, "deben" dársele a la persona con discapacidad, (¿No es obvio? ¿No ve que no puede?), se estructuran, aun antes de realizarse, en un vínculo prefigurado en el cual uno da, porque tiene, y otro recibe, porque le falta.

La Arq. Silvia Coriat[1] señala dos estructuras preexistentes al ser humano: el Leguaje y la Ciudad. Si la organización cultural del espacio en las ciudades modernas no incluyera el desplazamiento vertical en lugares reducidos, lo que logramos por medio del producto cultural escalera, la discapacidad motriz no existiría. No hay impedimento para pensar una ciudad, (imaginemos esta estructura en una pequeña urbe y no en las megalópolis, para aligerar el lastre de la costumbre), donde todas los espacios habitables estén a nivel del piso, los habitantes la recorran en dirección horizontal y, en caso de necesitar desplazamientos verticales, se utilicen rampas de formas variadas, ornadas, bellas. Circular en dos pies, o sobre ruedas, sería solo una diferencia. Escaleras y ascensores son productos, no son objetos universales, ineludibles. Su existencia nos es tan obvia que nos cuesta pensar que podrían no existir, que existen porque culturalmente se los hace existir. Por analogía, alerto sobre la naturalidad con la que equiparamos limitación funcional y discapacidad; éste último concepto se substancializa, o esencializa, a partir de la limitación funcional y las operaciones que el imaginario social realiza sobre ella.

Intentemos figurarnos el complejo mecanismo por el cual un niño aprende a designar a un no vidente como cieguito, en diminutivo y en voz baja, aún antes de conocer a una persona ciega o de tomar conciencia de su propia visión. Pensemos en lo que se comunica sin hablar cuando descubre un semáforo para el cruce de ciegos en, tan sólo, tres esquinas de la ciudad. ¿Será que todos los ciegos viven en Almagro? ¿Será que esos semáforos son una curiosidad arquitectónica, como un okapi en el zoológico? ¿O son una herramienta que algunos conciudadanos, pares, utilizan para circular por la ciudad? Seguramente, sus padres no le hablarán de un taxidermistito, de un pelirrojito, o de un ucranianito, por más inhabituales que sean en su mundo.

Si viera una cítara, podría preguntar y recibiría respuestas dignificantes sobre ese objeto y su potencial usador. Pero esto no sucede si descubre una silla de ruedas, una muleta, una máquina de escribir en Braille. Es más, se nos enseña a no mirar, no preguntar en voz alta sobre las personas con defectos. La movilidad y la visión son elementos valorados en nuestra cultura; su limitación es, consecuentemente, vista como una desgracia privada. Otros grupos minoritarios sobre los cuales no pesa una atribución de minusvalía, las minorías políticas o sexuales, resultan valoradas por su diferencia, hasta el punto de combatirlos como una aberración que debe desaparecer. Podríamos hablar de un juicio de sobrevaloración negativa para justificar los ataques, pero no de escasez de valoración social. Recapitulemos: Limitación Funcional, Minoría, Mecanismo Social de atribución de Minusvalía a ese grupo.
La sociedad naturaliza estos mecanismos por medio del paradigma del déficit. Hablo de paradigma porque es una estructura de pensamiento que condiciona la forma de ver las cosas, prescribe cuáles son las investigaciones y abordajes adecuados y anticipa los modos de verificación de los enunciados que se hagan sobre los objetos abordados. En el paradigma del déficit, se compara cuantitativamente a los objetos, en este caso las personas con limitaciones funcionales, con un patrón o modelo sancionado como normal, (de acuerdo con los diferentes modos de establecer una normalidad: como mayoría, como convención, o como modelo enunciado por la autoridad médica, religiosa o legal). Cuando se interviene sobre estas poblaciones desde el paradigma del déficit se piensa en compensar, reemplazar, dar lo que falta. Muchas personas con discapacidad se limitan a decir que sí en vez de decir que no, y tolerar/aceptar/agradecer/someterse a lo que otros con poder, no discapacitados, les ofrecen. Esta situación seguramente es motivada por posicionamientos orales o melancólicos y por los mecanismos sociales de marginación, y discriminación, pero no podemos concebirla en términos puros, (pura corporalidad, pura conflictiva intrapsíquica, puro mecanismo social).

Algunas personas con discapacidad logran modificar esta situación entablando un trabajo costoso y prolongado, (a veces una pelea permanente), en todos los frentes. Es una pelea desigual y difícil de ganar. Contra el propio cuerpo, al que deben pensar, cuidar e imaginar a pesar de las frustraciones y sufrimientos que les impone. Contra los otros con poder, empezando por los familiares, en movimientos pendulares de alienación y separación, manteniendo la dependencia y reclamando ser reconocidos en su autonomía.

Dentro del paradigma del déficit, una persona hipoacúsica o sorda, sólo puede ser entendida como alguien a quien le falta el sentido de la audición. Y todas las regulaciones y compensaciones que haga para sostener el intercambio con sus coetáneos, aunque sean efectivas, serán vistas siempre como señal de su falta, de su déficit. Dentro del paradigma del déficit, lo que falta no deja de ponerse en primer plano, aunque los límites de lo normal sean poco precisos y esta imprecisión esté invisibilizada. "Habla con las manos porque es sordo", podría ser un razonamiento intrascendente. Pero "sordo" tiene una significación social ligada al déficit: "porque le falta la audición tiene que hablar en lengua de señas". Si cambiásemos el paradigma del déficit por el paradigma de la diferencia, la significación de "sordo" equivaldría a señalar una diferencia de cultura, de pertenencia, pero nada que falte con respecto a lo normal, como si dijéramos: "habla en coreano porque nació en Seúl".

Lo que no se puede pensar es la diferencia, en vez del déficit, como una entidad en sí, (Diferente, del latín di-ferens: dos caminos), como una condición cualitativa de un sujeto que va por otro camino. El déficit es una descripción cuantitativa de un objeto comparado con un modelo previo. Pensar a la discapacidad a partir de las diferencias requiere un esfuerzo especial tanto en el campo científico como en el socio-político. Mecánicamente pensamos a la discapacidad como un decremento cuantitativo y objetivo, tan evidente que no podemos cuestionar su supuesto carácter concreto y su verificabilidad.[2] La discapacidad, como falta, podría leerse desde la problemática del tener. Pero al esencializar la falta, queda sumida en la problemática del ser. Como en los convencionales, ambas series de problemas merecen ser planteadas.[3]

El paradigma de la diferencia procura brindar los apoyos[4] que las personas con limitaciones funcionales necesitan para tener las vidas que ellos quieran tener y puedan sostener. Pensar en apoyos nos permite identificar a estas personas no sólo con aquello de lo que carecen sino con lo que pueden, pudieron y podrán, (sin juzgarlo cuantitativamente y rotularlo: “deficiente”), y no intervenir para suplir una falta, sino para brindar desde el entorno, la ayuda que necesiten para vivir, como sucede en la vida de los convencionales. Si uno piensa en apoyos y en niveles de apoyos deja de pensar en una persona dependiente de por vida en todos los aspectos y pasa a pensar que esta persona requiere algunas ayudas durante algún tiempo en algunas áreas. Una determinada patología puede durar toda la vida; la discapacidad no tiene porqué durar tanto.

Muchas veces se extiende el concepto de discapacidad para abarcar cualquier tipo de dificultad crónica ligada con el funcionamiento del cuerpo. Esto permite a las personas con esta limitación acceder a los beneficios que otorga la ley a las personas con discapacidad. No creo que esto sea adecuado para todos los casos. Una persona con diabetes no está marginada de la sociedad, ni se le recortan sus derechos, ni es tratada en forma desigual debido a su diabetes. Lo mismo podría decirse del presidente Roosevelt: aunque ocultara sus órtesis y disimulara de mil modos su parálisis, difícilmente podría ser considerado alguien con escaso valor social.[5]

Estos grupos necesitan, a veces, declararse “discapacitados” como un recurso para obtener una ayuda que, sin duda, merecen pero que el Estado no les otorga. El Estado argentino solía tener una lista de enfermedades reconocidas como discapacitantes y, con sólo el diagnóstico, certificaba la discapacidad. Que una persona esté necesitada, y muy necesitada, durante mucho tiempo, no la hace discapacitada. Esto nos permite descubrir, por vía inversa, una significación de la discapacidad dada por el conjunto de la sociedad: la discapacidad es, de por sí, un pedido de ayuda, un estado de necesidad. Cualquier contacto con un discapacitado implica darle algo que está, silenciosa o abiertamente, requiriendo. Las acciones para la inclusión social o para la promoción de sus derechos están basadas en la dádiva, en la caridad, en la buena intención. La discapacidad sería una versión de la mendicidad. Versión que, dado el entrelazado real entre la mayor incidencia de discapacidad en las poblaciones más carenciadas, es entendible. Intuyo que no es posible separar pobreza y discapacidad dentro del tercer mundo.
Otra de las vías de significación/confusión social, es la jubilación por invalidez, donde la existencia o la aparición de un factor que le impide a un trabajador seguir trabajando de lo que venía trabajando, permite la declaración de invalidez y la asignación de una pensión por la misma causa. Aquí funciona también el paradigma del déficit. Por supuesto que muchas personas jubiladas por invalidez no pueden seguir trabajando de lo que trabajaban, pero si su situación fuera pensada desde el paradigma de la diferencia, el apoyo estaría dado para poder encontrar un trabajo diferente. Y merecerían todo el apoyo educativo, sociológico, psicológico para capacitarse en otra cosa. Pero atribuyéndoles una incapacidad fija, se las estigmatiza. Aún en circunstancias de repentina aparición de la incapacidad laboral, sería mejor relativizarla y ayudar a la persona a descubrir cuáles son sus capacidades laborales en su nueva situación.

La relación de este ítem con la discapacidad se basa en que, en algunos casos, la limitación funcional que sustenta la discapacidad, es causa de una disminución en la capacidad laboral. Claro está que el reconocimiento de capacidades laborales diferentes y la habilitación o rehabilitación de las personas discapacitadas o con incapacidad laboral, requieren la utilización de tecnología y la asignación de recursos por todo el tiempo que sea necesario. Este tiempo es prolongado y los costos de la tecnología suelen ser altos. Es mucho más fácil para un Estado empobrecido, dar una magra asignación a estas personas en vez de comprometerse a afrontar esos costos, y dedicar sus recursos a otros segmentos de la población con más poder político. Es la "paradoja del yeso": ayuda a curar la fractura pero atrofia todos los músculos que luego deberán utilizar el hueso recompuesto. Porque, para describir el círculo en forma completa, la declaración de discapacidad produce beneficios, secundarios y magros, que confirman a la persona que es mejor quejarse porque le dan poco, que solicitar ayuda para dejar de precisar la ayuda estatal.
No es un tema fácil. Imaginemos a un obrero de la construcción, de cuarenta y cinco años, con estudios primarios incompletos, que pierde su posibilidad de trabajar y cuya rehabilitación, en caso de una cuadriplejía por ejemplo, implica el uso de computadoras. ¿Cuánto tiempo, cuántos recursos, cuántas personas deberán asignarse para que ese trabajador semianalfabeto pueda utilizar una computadora, y una vez que la pueda utilizar, consiga un trabajo? Insisto, los caminos políticos no son fáciles, (digo políticos en el sentido inglés de policy, diferente de politics)[6]. Crucemos estas variables con la existencia de un 15 o un 20 por ciento de desocupación y con más de un tercio de los hogares argentinos en situación de pobreza. ¿Qué posibilidades de rehabilitación laboral y de inclusión de una persona discapacitada pueden existir cuando una de cada cinco personas convencionales no pueden trabajar? Que queden excluidos del mercado laboral es una "solución" que aplica la ley de la selva o de la supervivencia del más fuerte. Un trabajo estable y con remuneración suficiente me parece una condición para la inclusión social efectiva, aunque no la única. La exclusión social por esta vía, es otro mecanismo de discapacitación. Y, volviendo a la metáfora del yeso, conseguir un trabajo, precario, mal pago y, muy probablemente, transitorio, implica la pérdida del subsidio por discapacidad, que es insuficiente, sí, pero seguro y de por vida. ¿Qué eligiría Ud. , trabajar con incertidumbre, o depender con seguridad?

La discapacidad psiquiátrica y la discapacidad cognitiva presentan situaciones aún más difíciles de pensar y revertir. La esquizofrenia o el retraso mental no pueden superarse con tecnología. En el mejor de los casos, el abordaje tecnológico consistiría en que el paciente contara, desde el comienzo del tratamiento, con neurolépticos de última generación, terapia individual y terapia familiar, a cargo de profesionales capacitados y experimentados. Es decir, que con medicación gratuita, tratamientos a corto plazo de 30 minutos por semana y profesionales ad honorem que sostienen su compromiso por seis meses o por un año, la solución tecnológica fracasa y, consecuentemente, cronifica, institucionaliza, estigmatiza.

La discapacidad psiquiátrica y la cognitiva incluyen la aparición de limitaciones de las cuales hasta ahora no hemos hablado. Digámoslo burdamente: un delirio paranoide crónico o una "escasez" de recursos intelectuales, no impiden que una persona circule por la ciudad, trabaje, (aunque se sienta observado o no entienda lo que haga), se divierta. En las discapacidades cognitivas y psiquiátricas, vemos una limitación del deseo, una discapacidad de deseo[7]. La persona deja, si es que en algún momento lo hacía, de desear por sí misma y otros pasan a desear por él, a decidir por ella, a organizar la vida por ella o él. El discapacitado de deseo se aliena y se deja hacer.
Recordemos algunos conceptos y construyamos algunos puentes. Cabecera de puente: La OMS decidió en 1980, que Impedimento, Discapacidad y Minusvalía, eran los conceptos que iban a expresar la presencia de limitaciones funcionales en el ámbito físico, micro y macrosocial, respectivamente. En 1999, fue presentada la primera revisión en este esquema, la ICIDH-2[8]. En ésta, funcionamiento y discapacidad son dos polos extremos de un continuum que debe registrarse en tres áreas: Funciones y Estructuras Corporales; Actividades Individuales y Participación en la Sociedad. La discapacidad, para la OMS, deja de ser algo en sí, para ser la nominación del cruce de numerosas variables.
Vamos al otro arranque de mi puente. El deseo del que estoy hablando no es el deseo producido por falta alguna, sino el deseo donde una mente, un cuerpo y muchos otros se interdefinen, interpenetran, interpretan y reproducen unos a otros, históricamente, en un sujeto que acciona. Estoy hablando de un deseo que crea, que dibuja, que fragmenta los límites de lo dado, que crea gradientes e impulsa a la persona a apropiarse de su entorno. No me refiero a un deseo que se contenta con descubrirse imposible, insatisfacible; una vana ilusión de encontrar un objeto perdido. Es un deseo que promueve las acciones, (hablar, crear, organizar).

Construyamos el puente. En torno a la discapacidad de origen psiquiátrica o cognitiva puede presentarse una discapacidad del deseo: un funcionamiento limitado de la capacidad creadora, de avance, de generación de novedad, de transformación, que conlleva desventajas sociales, disminución en la participación comunitaria y enajenación del individuo de su propia vida. Desde esta perspectiva, el psicoanálisis es una herramienta útil para el trabajo dentro de la discapacidad, ya que habilita el trabajo con la subjetividad de la persona discapacitada y permite abordar la limitación deseante. Mi impresión es que el nivel de discapacitación, de minusvalía, de marginación, está más determinado por los impedimentos deseantes que por las fallas de abstracción que pudiera tener una persona. Una vez alcanzados los "techos educativos", lo único que puede mantenerlos abiertos es el deseo del sujeto, su motivación personal, su sueño. Una vez que se ha hecho todo lo posible en la rehabilitación laboral o física, es el deseo del sujeto el que permite salir a buscar empleo, utilizar bastones canadienses superando la eventual vergüenza o bien persistir en la tarea de aprender, (a escribir, a hablar), cuando ya todos se dieron por vencidos. Quienes trabajamos en instituciones que asisten a personas con discapacidad sabemos, por la clínica, que a cierta edad, las diferencias en el nivel cognitivo importan menos que las de nivel subjetivo, las cuales pasan a ser las determinantes de la situación del individuo y del tipo de asistencia que debemos darles. También sabemos que los logros obtenidos subjetivamente, en vez de aquellos a los que se llega por la vía del adiestramiento, son los que habilitan la inclusión social genuina.

El diagnóstico etiquetador basado en una estructura psíquica, un proceso defectual, una lesión neurológica, una alteración genética o un número de coeficiente intelectual, no resulta predictivo ni de la vida social, ni de la calidad de vida, ni de la necesidad de apoyo de una persona. En la gran mayoría de los casos, lo que importa es la dinámica deseante. Si el deseo está vivo, más allá de cualquier limitación, (y podríamos incluir a las de orden físico, sin dificultad), va a encontrar su camino y modelar el futuro de la persona. Y, si quienes lo rodean son sensibles a descubrir los caminos deseantes de ese otro discapacitado, la minusvalía decrecerá; la discapacidad decrecerá y el remanente más o menos fijo de limitación funcional quedará inscripto como una diferencia, pero no como un déficit. En otros términos, si la dinámica deseante está más o menos intacta, (y soy plenamente consciente de que esta dinámica es por momentos azarosa, siempre conflictiva y por lo general, sufriente), la discapacidad disminuirá en tanto y en cuanto se brinden los apoyos adecuados.

Los tratamientos de las personas con discapacidades cognitivas se prolongan, o tienen resultados frustrantes, porque tanto las instituciones macro como el propio afectado, su familia y las instituciones más directamente relacionadas con él, olvidan considerar la subjetividad. Al no apoyarse en los deseos del implicado, desde una perspectiva pedagógica, rehabilitadora, normalizante, o terapéutica, fallan aún trabajando bien, (“la operación fue un éxito, pero el paciente se murió”). Es lograr la alfabetización pero no tener nadie a quien escribirle o no contar con oportunidades en las cuales firmar sea importante. Es conseguir moverse con sus piernas o en silla de ruedas, pero no tener a dónde ir.

Tomar en cuenta estas dimensiones implicaría una complejización, un incremento de los recursos destinados al área de discapacidad y la capacitación de los agentes. Los costos de los mismos aumentarían y decrecerían, de acuerdo con el componente que considerásemos. Cualquier persona con discapacidad concurre durante muchos años a instituciones, en su mayoría, públicas. Si bien, en el día a día, la asistencia podría ser más costosa, a largo plazo, una persona rehabilitada en su subjetividad no sólo va a poder sino que va a querer hacer su propia vida sin depender en forma permanente y global del Estado.

Falta potencia entre las personas con discapacidad. No me refiero a la impotencia funcional; hablo de la potencia que proviene de asociarse con pares, de reclamar por sus derechos en conjunto. Porque faltan políticas de Estado, y son las personas con discapacidad y sus familiares quienes tienen la más alta responsabilidad en crearlas. De nada vale quedarse reclamando que el Estado, los otros, los que pueden, creen esas políticas. Sin una política, como creación de la comunidad, sólo nos resta la voluntad individual, destinada al agotamiento. Sin el compromiso individual, las movidas de los gobernantes avanzarán por ensayo y error, o por clientelismo.
Ansío el día en el que las personas con discapacidad se reconozcan como el 10% de la población, un 10% de los clientes, los pacientes, los alumnos, y que, por lo tanto, asuman un rol fundamental en el diseño, la gestión y el control de las prestaciones que reciben. En otros países, la autogestión es una actividad laboral como otras: grupos de discapacitados, o sus padres, contratan a discapacitados autogestores para capacitarse, organizarse, diseñar estrategias de reclamo y supervisar la gestión pública. Por ley, la mitad de los miembros de los entes reguladores de los servicios, deben ser discapacitados o sus familiares. En nuestro país, los movimientos de autogestores están en pañales: son escasos y su formación política peca de voluntarismo, o de familiarismo o, incluso, de "sectorismo", prefiriendo dividirse sobre la base de las pequeñas diferencias y escudarse en la falta de recursos en vez de lanzarse a inventar, comunicar, opinar y peticionar en conjunto.

Ansío, finalmente, que las diferencias sean motivadoras del encuentro. Que las distancias sean vistas como vacíos fértiles y no como brechas. Podrán decir que soy un soñador y que el ser humano lleva en su naturaleza la intolerancia a lo distinto, pero no soy el único[9] que piensa que podemos cambiar esta forma de vivir.
Bibliografía
1 V Jornadas de discapacidad y derechos humanos, organizadas por la AMIA y el senado de la Nación.
Octubre de 1999.
[2] González Castañón, Diego: "Retraso Mental: guía básica para comenzar un siglo"
Alcmeón Nº 30 8 (2), Octubre 1999, pág. 174-194
[3] Muchos aspectos de este artículo se han enriquecido con los comentarios amistosos de los Licenciados Angellini, Aznar, González y López Turnes, del Instituto Recreativo Terapéutico Especial.
[4] American Association on Mental Retardation: "Retraso Mental. Definición, clasificación y sistemas de apoyo" Alianza, Madrid, 1997.
[5] Minnesota Governor's Council on Developmental Disabilities: "Paralles in time"
http://www.comm.media.state.mn.us
[6] González Castañón, Diego: "Políticas Organizacionales en Discapacidad: Instituciones y Organizaciones no Gubernamentales" http://webs.satlink.com/usuarios/d/diegogc/rm.htm
[7] Tomé la expresión, dándole otro sentido, de Bernard, C.: "Rediscovering Desire. Reciprocity and will", presentado en el congreso de la Asociación Argentina de Psiquiatría infantil de 1999.
[8] OMS : "International Classification of Functioning and Disability ICIDH-2. Beta-2 draft full version
July 1999 http://www.who.int/icidh
[9] Lennon, John: "Imagine"

Diego González Castañón
Psiquiatra y psicoanalista
Miembro del comité internacional de la
American Association on Mental Retardation

24 comentarios:

Teresa dijo...

DEFICIT, DIFERENCIA Y DISCAPACIDAD
Actualmente en el país se ha realizado una amplia cobertura de los servicios educativos con el objetivo de alcanzar que todos los niños vayan a la escuela y más aun que los niños con Necesidades Educativas Especiales se integren al aula regular con el fin de lograr la justicia y la equidad educativa en virtud de ser los elementos que contribuyen al desarrollo y la integración educativa.
En los últimos años, a través del Programa Nacional de Fortalecimiento de la Educación Especial y la Integración Educativa se ha promovido el apoyo de los Servicios de Educación Especial, con la finalidad que estos cuenten con los recursos humanos y materiales necesarios que les permitan orientar, asesorar y apoyar, al personal directivo y docente, de las escuelas de educación inicial y básica de las distintas modalidades, que integran alumnas (os) que presentan alguna discapacidad, así como atender directamente a las familias que requieran de los servicios, (pag. 7 todos en la misma escuela- S.E.P. 2006).
Es importante que la familia, maestros y sociedad establezcan vías de colaboración y ayuda para atender a los niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad para que ellos puedan cumplir con las tareas en un clima de respeto y calidad. Además de acompañarlos en la toma de decisiones respecto a las estrategias que faciliten su vida cotidiana.
El trato a las personas con N.E.E. considero que debe ser de manera normal sin discriminación y/o marginación toda vez que son seres humanos creados por un mismo Dios. Que nos ama tal y como somos.
Cabe señalar que toda la infraestructura no ha tomado en cuenta este aspecto ya que no hay accesibilidad para estas personas por lo que se requiere de mayor difusión para lograr que se independicen e incorporen en base a sus capacidades.
Teresa de Jesús López López

Unknown dijo...

DEFICIT, DIFERENCIA Y DISCAPACIDAD
Actualmente en el país se ha realizado una amplia cobertura de los servicios educativos con el objetivo de alcanzar que todos los niños vayan a la escuela y más aun que los niños con Necesidades Educativas Especiales se integren al aula regular con el fin de lograr la justicia y la equidad educativa en virtud de ser los elementos que contribuyen al desarrollo y la integración educativa.
En los últimos años, a través del Programa Nacional de Fortalecimiento de la Educación Especial y la Integración Educativa se ha promovido el apoyo de los Servicios de Educación Especial, con la finalidad que estos cuenten con los recursos humanos y materiales necesarios que les permitan orientar, asesorar y apoyar, al personal directivo y docente, de las escuelas de educación inicial y básica de las distintas modalidades, que integran alumnas (os) que presentan alguna discapacidad, así como atender directamente a las familias que requieran de los servicios, (pag. 7 todos en la misma escuela- S.E.P. 2006).
Es importante que la familia, maestros y sociedad establezcan vías de colaboración y ayuda para atender a los niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad para que ellos puedan cumplir con las tareas en un clima de respeto y calidad. Además de acompañarlos en la toma de decisiones respecto a las estrategias que faciliten su vida cotidiana.
El trato a las personas con N.E.E. considero que debe ser de manera normal sin discriminación y/o marginación toda vez que son seres humanos creados por un mismo Dios. Que nos ama tal y como somos.
Cabe señalar que toda la infraestructura no ha tomado en cuenta este aspecto ya que no hay accesibilidad para estas personas por lo que se requiere de mayor difusión para lograr que se independicen e incorporen en base a sus capacidades.

Andrea Zavaleta dijo...

pues hay dos puntos principales en mi opinion el lenguaje y el miedo, ya sabemos que al momento de que por medio del lenguaje determinamos algo como malo esto incluye el dañarse de cualquier manera ya sea fisisca o psicologica, se provoca el estigma de que a sucedido algo malo con nosotros o con una persona, esto tiene un origen tan antiguo que es practicamente inmodificable, claro sabemos que van cambiando paradigmas e ideas y con ellas se les da un nuevo significante que hace que desaparezca lo que solia mantenerse social y culturalmente en la mente de la sociedad pero en este caso especifico como es la discapacidad es un poco mas complicado por que el significante de daño negativo que se le ha creado provoca el siguiente punto que es el miedo pues por lo mismo nadie quiere ser victima de tal daño a la integridad eso lo vuelve un taboo, no lo comentes pues mi castigo seria que me suceda lo mismo eso hace que no soportemos estar cerca de personas con discapacidad como si se tratara de algo contagioso, a la ves perturbador pues provoca pensar como seria si fuese nuestra situacion
este miedo dificulta que se modifique el significante establecido por que sin importae que tipo de educacion exista actualmente nadie desea estar en esa situacion, eso mantiene un estancamiento, quiza si desde el origen estuvieramos acostumabrados a no solo la convivencia sino a una solucion que borre esa diferencia tan marcada entre capacidades que establecimos el hecho seria menos impactante para nuestra perspectiva sin embargo no es asi y lo unico que podemos hacer es capacitar y cambiar la imagen hasta donde nos permite el significante social .

Unknown dijo...

Déficit, Diferencia y Discapacidad.

El desafío para este milenio es la construcción de una sociedad, y en particular de una educación y una escuela en las diferencias no sean un obstáculo, sino una posibilidad de desarrollo y enriquecimiento.

La meta es entonces generar una sociedad más humana, justa, en la que haya una armónica convivencia y exista una escuela integradora de las diferencias o, mejor aún, una escuela que no expulse ni excluya que valore y acepte a todos los alumnos por lo que puedan ser y no son y el reconocimiento de que todos los alumnos puedan aprender.

Se trata de comenzar a prestar una educación más humanitaria y humanizadora, no solamente para aprender a prender, si no también para aprender a vivir con la esperanza de llegar a ver una sociedad más justa y tolerante.



Ojala el rumbo de la educación haga suyas aquellas estrofas de Joan Manuel Serrat:

No sé si me gusta más de ti

Lo que te diferencia de mí

O lo que tenemos en común

Te guste o no,

Me caes bien para ambas cosas

Lo común me reconforta

Lo distinto me estimula



Integración, se refiere que estas personas tengan acceso a los mismos derechos, oportunidades y tipos de experiencias que tiene el resto de su comunidad, con el fin de que participen activamente en los ámbitos familiar, social, escolar y laboral. Sectorización que todos los niños puedan ser educados y recibir los apoyos necesarios cerca del lugar donde viven.

Es muy importante que la integración educativa tenga cumpla con la función, que debe de tener en el mundo, en el país, en cada estado, en cada municipio y comunidades que siga adelante, que se pueda alcanzar las metas de que todos y todas la niñas y niños jóvenes y adultos con necesidades educativas especiales sean las que sean cuenten principalmente con un trato humanitario, respetuoso y que no se sigan dando tantas injusticias de ser rechazados de ser marginados abandonados, sino ser visto como personas con los mismos derechos, y sentimientos que te enseñan mucho se expresan con una mirada, sonrisa en cada uno de nosotros tengamos valores los cuales, sean inculcados primeramente desde el ambiente familiar, escolar, social ,etc.

Por que ver su “discapacidad si no su capacidad



Pero no únicamente en la escuela sino en la vida misma desde la creación de nuevas leyes que no queden como propuestas o promesas, Algo que si en lo personal me causo molestia fue lo sucedió este año el anunciar que habían candidatos al premio Nacional del deporte afortunadamente se rectifico y se reconoció los logros de los deportistas paralimpicos que son un ejemplo de perseverancia y como un ejemplo a pesar que en ocasiones salen adelante por sus propios medios logrando ser de alto rendimiento imponiendo recors a nivel internacional.

¿En donde esta la Discapacidad?

LILIANA VAZQUEZ GARCIA

Brenda dijo...

A lo largo del tiempo, los hombres han ido construyéndose hábitos, costumbres, prejuicios y opiniones diversas acerca de infinidad de temas, siempre basados en lo que debe de ser la normalidad, lo que es tomada en cuenta como lo que es, en su mayor parte, común ante los ojos de la mayoría; es entonces cuando lo menos común se convierte en anormal, y por ende existe falta de algo, no encaja dentro de los parámetros normales que exige la sociedad, es por ello que considero que Diego González Castañón, realiza el artículo nombrado: Déficit, Diferencia y Discapacidad, puesto que independientemente de la lucha social, por así decirlo, que recientemente se ha venido dando en apoyo de personas discapacitadas, la manera de verlas siempre ha marcado el término de déficit, discapacitado, minusválido, etc, que en la mayoría de ellos denota una falta, una persona incompleta, quien no lleva una vida “normal”, debido a que no tiene lo que los demás, ya sea a nivel físico, mental o cognitivo, en cierto punto comparto la opinión del autor, en el aspecto de no saber cómo manejar este tema, de cómo referirnos a este grupo de personas puesto que la palabra “diferente”, para el autor es una opción, sin embargo considero que no es cuestión de un concepto literal, sino de una concepción a nivel analítico, el hecho de pensar que existen diferencias entre todas las personas y que las condiciones de NEE, es una más de ellas, lo que nos ha detenido es la cultura que siempre hemos llevado y transmitido de generación en generación,

Brenda dijo...

.....en un Estudio de opinión en universitarios de ciencias de la salud en la universidad de Carabobo, titulado Representaciones sociales de la discapacidad (2006), se observa los diferentes puntos de vista de jóvenes universitarios, acerca de personas que presentan algún tipo de discapacidad, lo que nos demuestra que en ocasiones aunque se pretenda ayudar no siempre tenemos la manera correcta de hacerlo, puesto que nuestra percepción influye muchísimo en la manera en que actuamos, en ocasiones, aunque se diga lo contrario, es la forma en que se ha ido formando y adquiriendo nuestra opinión personal y que nos despiertn las personas con discapacidad que por lo regular es un tema manejado con reservas, con compasión y temor a que suceda lo mismo en la familia o en la propia persona, esta situación aún presenta otra consecuencia el formar cierta ideología en las personas que presentan discapacidad, es decir, ellas ya esperan algo de la sociedad, el trato, la manera de ser vistos, etc, obvian las actitudes y formas de pensar hacia ellos o creen saberlo, lo que provoca que tengan bajas expectativas como menciona Jesús Flores en La autoestima y la autoimagen en la discapacidad (2007),quien explica que es una construcción compleja, la autoestima, más aún en personas que presentan alguna discapacidad, esas expectativas bajas, acerca de sí mismos son porque en ocasiones ellos fueron parte de ese otro grupo dentro de la sociedad y si no crecieron con ese grupo dentro de sus familiares , amigos o compañeros de ciertos grupos, claro está que no se puede llegar a generalizar el comportamiento o la forma de pensar de todos los individuos porque depende de cada una las personas la manera de afrontar las cosas, depende de la historia de vida de cada uno y de la personalidad que ha desarrollado y obviamente de estos mismos aspectos en los otros que lo rodean y que siempre están presentes de diferentes maneras aún cuando no se acepte la presencia de “buena” forma, están allí, y esto influye se quiera o no.
Es por ello que parte importante, pero no única de la rehabilitación de la persona con discapacidad es el nivel de aceptación y autoestima que se presente, puesto que no es solamente en ellas sino en todas las personas. La manera de desenvolvernos y afrontar diversas situaciones de la vida depende de ello, y en estos caos en particular, es parte esencial, el tener la convicción de incorporarse a una vida, si no común, adaptada a las necesidades presentadas, es claro que no es un proceso fácil ni rápido, sin embargo es esencial para la inclusión total y aceptación personal y social.
Es por lo anterior que del artículo comentado puedo concluir que el trabajo integral, de personas con cierta discapacidad y las que no las presentan, es esencial, a nivel analítico, conceptual, ideológico y conductal.

Unknown dijo...

El autor comienza por ubicarnos en un escenario distinto al tradicional, uno en el cual podamos distanciar los conceptos de discapacidad del de diferente en una persona y desde luego, nos enseña a distinguir los factores reales que nos han llevado a tal confusión. Efectivamente, emprende el texto mencionando que el uso del término “discapacitado”, no es fruto de un estudio minucioso con el que se pueda precisar quién o quienes mantienen una capacidad disminuida y cuál es el parámetro empleado para cuantificar las capacidades, sino que es producto de una actitud discriminante de las mayorías, tan acostumbradas a ver hacia abajo a todos aquellos que por razones físicas o intelectuales son diferentes.
Ciertamente la piel blanca es igual a la de color oscuro, con la diferencia de que la primera carece de pigmentación, por eso es más vulnerable, por ejemplo, tiene mayor probabilidad de ser víctima del cáncer de piel, no obstante, nadie cataloga como discapacitado a quien tiene esta característica, por el contrario, se le da un estatus que le brinda beneficios.
Así las cosas, el texto sostiene que “no se trata de personas discapacitadas, sino de personas diferentes a las mayorías”, punto en el cual me permito discrepar con el autor, pues en su lugar sostendría que “no se trata de personas discapacitadas, sino de personas con características distintas a las preferidas por las mayorías”.
Después nos lleva de la mano para comprender que quienes son diferentes no están incapacitados, ni siquiera discapacitados, lo único que ocurre es que sus capacidades cambian, esto me recuerda el concepto clásico de justicia, que obliga a dar un trato igual a los iguales y desigual a los desiguales, por lo tanto, lo adecuado no es brindar un trato de bondad o caridad a los mal llamados “discapacitados”, sino asumir una posición de respeto y oportunidades para ellos.
Esto me recuerda una historia del México real, ocurrida en el presente siglo XXI, cuando el discurso de la política de Estado es acorde con lo apuntado en el párrafo anterior. Un profesor de educación primaria, con cerca de veinte años de servicio, sufre de una crisis de diabetes que entre otras consecuencias lo lleva a perder la vista en un 85 %, por lo cual acude ante el organismo que le brinda asistencia y servicios de salud, los que se limitan a diagnosticar su padecimiento y precisar su situación visual, con certificado en mano acude ante las autoridades educativas y con el ánimo de “ayudarlo” lo pensionan; sin embargo, ninguna instancia le proporciona las herramientas indispensables para que conserve su actividad laboral hasta el día en que se jubile, claro está, en una actividad diferente en la cual pueda hacer uso de las habilidades que no se han visto minadas, incluso, quizá haciendo uso de otras que se desarrollen.

Unknown dijo...

A mayor abundamiento me permito hacer referencia al artículo 477 de la Ley Federal del Trabajo, establece que los riesgos de trabajo pueden producir incapacidades temporales y permanentes y éstas a su vez pueden ser parciales o totales.

Respecto a la Incapacidad temporal, la citada Ley la define como la pérdida de facultades o aptitudes que imposibilita parcial o totalmente a una persona para desempeñar su trabajo por algún tiempo. En tanto que a la incapacidad permanente parcial la define como la disminución de las facultades o aptitudes de una persona para trabajar. Finalmente, en torno a la incapacidad permanente total aduce que es la pérdida de facultades o aptitudes de una persona que la imposibilita para desempeñar cualquier trabajo por el resto de su vida. Numerales en los cuales deja en claro que un trabajador en determinadas circunstancias puede quedar totalmente imposibilitado para desempeñar actividades laborales, siendo éste el primer gran error que encierra, pues como el autor ahora en estudio expone, no se trata de una discapacidad, sino de condiciones diferentes.

El segundo gran error de esta legislación, es tratar al trabajador que ha sufrido el accidente de trabajo, con caridad, pero no con respeto, ya que para él prevé en su favor las indemnizaciones por riesgos de trabajo que produzcan incapacidades, pero no establece un esquema definido de oportunidades que le permitan cambiar de giro laboral, conservando su carácter de independiente económico.

En la misma tesitura, el artículo 487, refiere que los trabajadores que sufran un riesgo de trabajo tendrán derecho a: I. Asistencia médica y quirúrgica; II. Rehabilitación; III. Hospitalización, cuando el caso lo requiera; IV. Medicamentos y material de curación; V. Los aparatos de prótesis y ortopedia necesarios; y VI. La indemnización fijada; no obstante, en ninguna de sus fracciones contempla la capacitación a la que hemos venido haciendo alusión.

De igual manera, la Ley Federal del Trabajo fija, por ejemplo, que por la amputación del brazo, entre el hombro y el codo, lo cual representa una incapacidad parcial permanente, se le indemnizará con una cantidad de dinero equivalente al 75 a 80 %, calculado sobre el importe que debería pagarse si la incapacidad hubiese sido permanente total. Se tomará el tanto por ciento que corresponda entre el máximo y el mínimo establecidos, tomando en consideración la edad del trabajador, la importancia de la incapacidad y la mayor o menor aptitud para ejercer actividades remuneradas, semejantes a su profesión u oficio. Se tomará asimismo en consideración si el patrón se ha preocupado por la reeducación profesional del trabajador.

Esto me permite concluir que el problema se debe combatir desde dos frentes, el primero, a través de una reforma a la normatividad, que permita a quien tiene capacidades diferentes adaptarse a su nueva forma de vida; y el segundo, por conducto de la implementación de mecanismos que procuren una nueva perspectiva social del problema, un cambio en la manera de ver a quienes se encuentran en tal situación.




FLOR GPE. DOMINGUEZ.

Carolina Yosselin Román Chávez dijo...

El artículo me parecio muy interesante, abarca claramente el gran problema por el que personas con alguna discapacidad se enfrentan, y en lo personal me abre los ojos en cuanto al modo como nosotros discapacitamos a las personas, dando por hecho que no podrán hacer una u otra cosa; si nos ponemos a analizar la situación los que realmente discapacitan a alguien somos nosotros, en los hogares dandole todo sin darle oportunidad de desarrollar sus capacidades, en el campo laboral mediante el despido en caso de ser adquirida la discapacidad durante ese tiempo o simplemente negandoles la oportunidad de intentarlo, y la sociedad en general al expresar por ellos sentimientos de lástima y compasión, evitando contacto con ellos por no saber como reaccionaremos, por que nos causa pena verlos en un estado distinto al nuestro; me doy cuenta tambien de que el problema de la discriminación comienza desde nuestros hogares desde el momento en que nacemos, por que nos enseñan a tratar distinto a los que no son iguales a nosotros, en ocaciones se le prohibe a los niños siquiera acercarseles, como si tuvieran una enfermedad gravemente contagiosa, al referirnos a ellos como pobrecito, esta enfermito, es retrasadito o todo ese tipo de etiquetas que fuera de promover la igualdad, fomantan en los niños sentimientos de compasión hacia ellos.

Me parece sumamente importante comprender que a pesar de ser diferentes a nosotros los llamados "normales", cuentan con un amplio equipaje de habilidades, dones, capacidades y mas aun, sentimientos que van mas alla de jusgarnos físicamente. Tal vez un punto importante no es permitirles ser como son, sino mas bien permitirnos conocerlos, relacionarnos con ellos, aceptarlos y aprender de sus múltiples habilidades.

Otro punto importante es el tratarlos como personas, preguntarles si pueden realizar la actividad en la que se encuentra o si necesita algun tipo de ayuda, y de que tipo, no discapacitarlos haciendo todo por ellos, sino ayudandolos a descubrir que una acción, un trabajo, tiene muchas formas de ser desempeñada, pero mientras el objetivo es logrado todas las formas son correctas y aceptables.

Considero que nuestro país todavia no esta preparado totalmente para capacitar a personas con discapacidades para desempeñar un trabajo y mas aun para integrarlo en el campo laboral, debido a los diversos tabues que todavia siguen persistiendo, sin embargo, ya extisten instituciones en el que aceptan incluir a personas con ciertas discapacidades, y los medios de comunicación estan haciendo cada vez mayor enfasis en los derechos de igualdad que tenemos, creo que es imposible cambiar a las personas, sin embargo, considero que si comenzamos cambiando nuestra forma de percibir y tratar a personas con discapacidades, probablemente seamos un eco que pueda retumbar cada vez mas fuerte en los oidos y mentes de nuestra sociedad.

Maria Guadalupe Garcia Ramos dijo...

Hablar de Discapacidad debería ser motivo de preocupación para la sociedad entera pero desafortunadamente no lo es, aún sigue existiendo la ignorancia y la falta de respeto para aquellas personas con Necesidades Educativas Especiales.

Aunque en nuestro país se ha realizado esfuerzos importantes por ampliar la cobertura de los servicios y la difusión de información y alcanzar la justicia y equidad que son fundamentales para conseguir el desarrollo y la integración plena de todas las personas con NEE; es necesario seguir luchando para ir avanzando en la construcción de una sociedad basada en el respeto y la valoración de las diferencias.

Desafortunadamente son muy pocas las personas que se encuentran comprometidas por el bienestar físico, psicológico y emocional de personas que desafortunadamente han quedado limitadas por alguna razón. Ponerse al servicio de una persona implica empatía, situarse en el lugar de aquél que solicita nuestros servicios, para así entregar una atención de calidad que respete, acepte y comprenda tanto las diferencias como las particulares necesidades que cada beneficiario tiene.

La gran mayoría de personas con NEE tiene impedimentos moderados que no suelen ser evidentes a simple vista ni de fácil diagnóstico, e incluyen aquellos con dificultades de aprendizaje, problemas de dicción, físicos, cognitivos, sensoriales y emocionales. Es muy común que los niños discapacitados no hayan asistido nunca a la escuela. Un informe de 1991 realizado por el Relator de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos y Discapacidad afirma que al menos una de cada 10 personas en la mayoría de los países vive con una limitante física, cognitiva o sensorial (sordera o ceguera).

Según Morris: nuestra meta es una sociedad que reconozca nuestros derechos y valores como ciudadanos iguales, no una sociedad que se limite a tratarnos como receptores de la buena voluntad de otras personas. El concepto de ayudar a personas dependientes, sin la autonomía suficiente para desenvolverse en su hábitat, se sitúa dentro de los diferentes factores para considerar que la discapacidad es en sí misma, un sistema de continuar las diferencias y agravar los diversos conceptos negativos relativos a personas con discapacidades, puesto que no se trata de ayudar sino de integrar.

La insuficiencia y la discapacidad reflejan los ámbitos de las personas con problemas físicos, psíquicos o psicológicos. El primero que se relaciona con la insuficiencia, atiende a razones puramente médicas, momento a partir del cual se reconoce que una persona está discapacitada, el concepto definitorio de «insuficiencia» se hace visible en la esfera privada de las personas, donde los problemas existentes parten del no reconocimiento de las limitaciones personales. El segundo, la discapacidad, atiende a razones de índole social, referido al reconocimiento por parte de la sociedad de las personas que muestran algún tipo de deficiencia. Es aquí donde debe surgir la sociología, para tratar de ver cuáles son los problemas de la sociedad ante la discapacitación y los discapacitados.

Finalmente y aunado a lo anterior, es importante hacer mención que el trabajo en equipo es también de suma importancia ya que juntos y con el esfuerzo de cada uno logramos romper barreras que a diario se nos presentan y paulatinamente alcanzar una óptima integración y bienestar que es lo que se desea para éstas personas que se encuentran limitadas.
Recordemos que la constancia y la fé en uno mismo son la clave para el triunfo.

Unknown dijo...

Como menciona al inicio del artículo la discapacidad es una situación de referencia ya que no percibimos que existe una diferencia hasta que tenemos un punto referencial que marque la desigualdad, y aun con mayor ahínco cuando se trata de una desventaja social , por lo tanto es la misma sociedad que marca esto y los devalúa, esto se puede deber a dos situaciones una de ellas es el porcentaje en el cual se encuentran en la minoría y menor aun los que se encuentran en una limitación funcional, y la segunda la falta de información.
En este sentido los gobiernos han realizado esfuerzos por concientizar a la sociedad pero probablemente el tema no se aborda profundamente ya que de hacerse así implicaría mucho compromiso por ambas partes.
Ya que es una gama de situaciones que envuelven a la discapacidad, no se puede abordar como hechos aislados, ya que son un conjunto de situaciones, que muchas veces para algunos pasan desapercibidos, como lo podrían ser la accesibilidad a los lugares hasta la adaptación de herramientas básicas del estudio hasta aseo personal. Menciono estos parámetros para tratar de visualizar todo el campo de trabajo que se requiere ante una adaptación de los medios al desarrollo de las actividades cotidianas hasta las más complejas como lo podría ser una estructura arquitectónica tal como hace referencia la Arquitecta Silvia Coriat. Y seria muy importante recalcar que los tipos depende de cada tipo de discapacidad la adaptación de cada uno de los como por ejemplo las vías de accesibilidad no serán las mismas para una persona parapléjica.
Habría que crear una cultura de raíz, una cultura de base en donde se proporcione información a corta edad para que asi no se minorize ni cree complejos.Pienso que estamos avanzando en muchos sentidos a nivel mundial es verdad que como país nos encontramos en un proceso inicial pero lo importante es el inicio de las propuestas y sobre todo de las acciones, habría que basarnos de países que han avanzado un poco mas en este sentido y empezar a enfocarnos en la concientización para que esto sea una preocupación y compromiso general , no enfocarnos en lo mucho que nos falta para crear una igualdad si no en el trabajo que estamos realizando dia con dia y esto se transmite poco a poco a un nivel de sociedad

Unknown dijo...

He aquí una prueba del avance y por que no del ejemplo que podemos tomar como país para crear algo diferente y aun de mayor relevancia el que hacer después de… después de una previa preparación de una adaptación para…, concretarlo en un trabajo palpable en un reconocimiento de ese proceso y esfuerzo y aun mejor retroalimente autoestima y que lo haga sentir seguro de si mismo y lo que poder llegar a cualquier meta.
Datos estadísticos interesantes extraídos del sitio web de la Fundación para los Ciegos de Norteamérica (American Foundation for the Blind) .
• Aproximadamente 93,600 estudiantes ciegos o impedidos visuales, 10.800 de los cuales son sordociegos, son atendidos en el programa de educación especial.
• Aproximadamente un 32% de los norteamericanos legalmente ciegos con edad para trabajar tienen empleo.
• Aproximadamente 5,500 niños legalmente ciegos usan braille como su principal medio de lectura.
• Aproximadamente un 45% de los individuos con ceguera o impedimentos visuales graves tienen un diploma de la escuela secundaria, en comparación con el 80% entre los individuos totalmente videntes. Entre los graduados de la escuela secundaria, aquellos que presentan ceguera o impedimentos visuales graves tienen más o menos las mismas posibilidades de haber tomado algunos cursos del college que los videntes, pero tienen menos probabilidades de graduarse.
• Aproximadamente un 32% de los norteamericanos legalmente ciegos con edad de trabajar tienen empleo
Como país tambien poseemos avances como:
PARTE l: LEY 19.284


1. - La Ley 19.284 -"Ley de Integración Social de las personas con discapacidad"- considera a una persona con discapacidad a toda aquella que, como consecuencia de una o más deficiencias físicas, psíquicas o sensoriales, congénitas o adquiridas, previsiblemente de carácter permanente y con independencia de la causa que las hubiere originado, vea obstaculizada, en a lo menos un tercio, su capacidad educativa, Laboral o de integración social.
2. - El Reglamento para la Evaluación y Calificación de la discapacidad aprobado por el decreto Supremo N° 2505, define en su artículo 2° , letra c, a la "discapacidad de integración social a aquella en que una persona por sus deficiencias psíquica o mental, física y/o sensorial presenta un menoscabo de su capacidad de inserción en las actividades propias de la sociedad humana, de la Familia y/o de los grupos organizados de la sociedad, viendo disminuidas así sus posibilidades para realizarse materialmente y espiritualmente con relación a una persona no discapacitada en situación análoga de edad, sexo, formación, capacitación, condición social y familiar y de igual localidad geográfica".
3 - El Reglamento para la Evaluación y Calificación de la Discapacidad aprobado por Decreto Supremo N°2 505, en su artículo 3, letra a) define La Deficiencia Psíquica o Mental como aquella que presentan las personas cuyo rendimiento intelectual es igual o inferior a 70 puntos de coeficiente intelectual medido por un test validado por la Organización Mundial de La Salud y administrado individualmente, y/o "presenten trastornos en el comportamiento adaptativo previsiblemente permanentes".
4. - En su artículo 5° el Reglamento define el contenido de los informes que los Evaluadores deberán entregar a las COMPINES y estos son:
a) Breve anamnesis, examen físico e Informes de los medios de apoyo diagnóstico.
b) Indicación de la discapacidad de que se trata y su grado.
c) La deficiencia que la provoca.
d) Aptitudes y habilidades que La persona conserva y Las que puede desarrollar.
e) Los aspectos de personalidad del sujeto y de su entorno familiar.
f) Los lineamientos generales de La rehabilitación que debe recibir.
g) La perioricidad con La que debe ser reevaluado.
5. - En su articulo 6°, el Reglamento plantea que: corresponderá a la COMPIN del Servicio de Salud en cuyo territorio se encuentre el domicilio del interesado certificar la discapacidad.

Ana Elena Galdamez Morales dijo...

Es un hecho que a las personas con algún tipo de limitación física suele llamársele discapacitado. Al respecto, el término está mal empleado porque signa al individuo como ente sin ninguna capacidad, esto es así porque discapacitado hace referencia a lo general y, a parte de ser un término discriminatorio, imposibilita el avance de una cultura de respeto a las personas con alguna limitante física. Lo correcto es llamar a este tipo de individuos personas con capacidades diferentes, o que, ¿el no poder caminar impide el habla, o el oído?, o ¿el no poder escuchar impide bailar?; por supuesto que si se puede, o ¿el no poder hablar impide el trabajo digno?, o ¿el no tener un brazo limita el jugar al baloncesto?, por supuesto que no.

El no poder realizar alguna función motora del cuerpo o tener alguna limitación física no significa discapacitado, y para lograr una cultura de respeto, inclusión e igualdad resulta necesario adecuar los conceptos al entorno actual.

México se estima que 10 millones de personas sufren alguna tipo de discapacidad. Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), revelan que la discapacidad más frecuente en México, es la motriz con el 45%, de éstas sólo un porcentaje reciben atención adecuada, como lo es terapia y medicinas, transporte y educación, entre otras cosas, lo que deja al Gobierno con un enorme reto, y es que cosas como la adecuación del transporte, asientos en cines y espectáculos, rampas especiales en banquetas y edificios públicos, etcétera, etcétera, no son comunes todavía, a pesar del avance que la cultura hacia las personas con capacidades diferentes ha tenido en los últimos años.

De entre los problemas más comunes al respecto, el más lacerante es la discriminación, que excluye socialmente a estas personas por el sólo hecho de ser diferentes; socialmente se les relega por no ser como la mayoría de nosotros en relación a normas sociales específicas y de no ser productivos en términos de la economía actual. Como menciona el autor en el paradigma de la diferencia, “el apoyo estaría dado para poder encontrar un trabajo diferente, ayudar a descubrir cuáles son sus capacidades laborales”.

Este hecho no es un problema actual, la discriminación es históricamente heredada, desde la antigüedad clásica occidental, el ideal de belleza era tal que en Grecia se ahogaba a los bebés que nacían con algún defecto físico, en la Edad Media se consideraba excluido socialmente a aquél que tuviera alguna discapacidad física o mental. Todo tiene que ver con un ideal estético y normas sociales de belleza. En este contexto, el que no quepa en estas definiciones es excluido, discriminado; si reflexionamos nos daremos cuenta de que en este caso no sólo las personas con capacidades diferentes sufren de segregación social, incluso nosotros podemos ser víctimas de esto, pensemos en esto como una realidad que afecta las relaciones sociales y económicas, es evidente que quien no tenga capacidad amplia de ser productivo en una sociedad será por supuesto eliminado de la lista de individuos socialmente aceptados.

Estas personas que llamamos “discapacitados”, son seres humanos y ciudadanos con los mismos derechos que los demás, integrandolos en la sociedad de manera productiva, para esto el arte aparece como una herramienta muy útil para desarrollar las capacidades creativas de estos individuos, es asombroso como una persona con falta total de movimiento motor pueda pintar con la boca; es sorprendente como un ciego logre pintar un cuadro; es gratificante ver como un sordo, mediante un sistema de vibraciones sonoras pueda bailar como cualquier otro; es verdad aquello de que los pies pueden sustituir a las manos al tocar la guitarra, que se puede pintar el cielo de cualquier color, que al contacto con el arte, la persona con alguna discapacidad da sentido a su vida, se siente útil y productivo, deja en muchos casos de ser una carga para la familia, se escapa de la prisión en la que suele convertirse la casa o el hospital, simplemente se inserta en la sociedad.

Ana Elena Galdamez Morales dijo...

Todo o lo más importante para desarrollar cualquier habilidad o fortalecer destrezas, estará determinado por “la dinámica deseante”, por la capacidad de avance, de transformación para abrirse el camino de entre las desventajas sociales a las que son víctimas de manera injustificada. Y es debido a este deseo que se apropia de algunas personas, es que hemos podido ser testigos dentro del programa Teleton, de muchas personas con “discapacidad” que han superado más que sus propios límites, los limites que la sociedad les impone, convirtiéndose en una inspiración no sólo para las personas en igual o similar situación, sino también para los que nos consideramos “normales”, pues nos dan muestra de fortaleza y perseverancia.

¿Qué debemos hacer nosotros? Dar apoyo en todos sentidos, respetar y aceptar, pensemos que todos estamos en peligro de sufrir de alguna discapacidad en el futuro, los zapatos de ellos pueden ser los nuestros. Pero ¿es necesaria esta analogía? Por supuesto que no. Hay que actuar pensando en el aquí y el ahora, para facilitarles su integración dentro de la sociedad, respetando su autonomía e intimidad como a cualquier otra persona.

Para finalizar, me gustaría compartir una frase para poner en alerta la dinámica deseante de todos nosotros:

“Si crees totalmente en ti mismo, no habrá nada que este fuera de tus posibilidades”
Wane W. Dyer

Ma del Carmen Hernandez Avendaño dijo...

La discapacidad es un tema por el cual por lógica todos los seres humanos tenemos diferentes opiniones, opiniones de personas normales que han tenido familiares con alguna discapacidad de manera temporal o definitiva y hay otras en las que simplemente convivimos a diario con alguna de ellas y todos tenemos diferentes opiniones ya sea sentimental, ya sea de impotencia, o de desprecio hacia las personas que están en un puesto superior y que esas personas abusan de una u otra forma, el puesto que independientemente ellos realizan no brindándoles apoyo como se merecen.

En oficinas, quitándoles todo tipo de ayuda o recompensándolos con una mínima parte ya que con eso se quitan un poco de culpa hacia con ellos.
En la escuela, evitándoles cualquier tipo de participación, o si engañosamente lo hacen participar es muy notorio que simplemente lo hacen para cubrir ciertas normas de la escuela o para cubrir ciertas exigencias de los padres.

En todo momento y en cualquier situación hay este tipo de marginación, por lo que nos queda por hacer? Quizás las familias con recursos pueden hacerles algún tipo de negocios donde ellos se puedan desarrollar como personas, como por ejemplo un ciber, una tienda, o en algunas oficinas pero siempre y cuando sean de algún familiar, para que puedan ser tratados dignamente como ellos se merecen.

Esto es en cuanto a la ciudad, y cuando nos ponemos analizar que pasara con las personas que se encuentran en zonas marginadas?? Donde la ayuda del gobierno para las personas “normales” no llega, menos a las personas con discapacidad y peor aun, si las familias son de muy bajos recursos, en las que son personas que van al día, es decir lo que les logran pagar es lo que utilizan para comer, ellos por lógica no les podrán poner a sus hijos un negocio para que puedan valerse por si mismo, por que no tienen lo económico, ni tampoco en las zonas donde viven no tienen esas posibilidades para que asistan a ese tipo de lugares.

Es como tener mucho amor y no saber a quien darcelo!!!
Todos vivimos en una casa con llamas y no tenemos bomberos que lleguen a nuestro rescate!!!! Es así como se sienten las personas con discapacidad, pero no hay que olvidar también que “ Ganas valor y confianza cada que enfrentas al miedo “

may dijo...

hola fidelia galvis gomez:
Felicidades por crear este blog el cual nos permite darnos oportunidades de aprender, de sensibilizarnos, y de conocer todo este campo relacionado con la rehabilitacion para brindar de corazon manos amigas para estas personas con capacidades diferentes, que son un motor ah seguir, que nos dan nuevas experiencias en la vida para seguir creciendo junto a ellos. Es muy interesante que la poblacion conozca y aprenda el mundo de la rehabilitacion. algunas frases: "Me miras mucho, pero no me ves" esta frase se refiere a que cuando alguna persona con alguna discapacidad pasa cerca de nosotros, la miramos mucho, pero realmente solo vemos sus limitaciones y diferencias y no vemos sus capacidades, sus posibilidades".
"La discapacidad no los limita, no lo hagas tú" ( es muy explicita)
"En realidad, no existen personas discapacitadas, sólo personas con distintos grados de aptitud"
gracias
muy buen dia
saludos
may

JUANA ESTHER CASTILLEJOS dijo...

Pues actualmente seguimos en esta lucha de sencibilización, de compromiso por parte de la sociedad y del gobierno en apoyar a las personas con alguna descapacidad, claro está que esto implica esfuerzo e inversión económica y tiempo en cuanto a cubrir y apoyar las necesidades de estas personas,esto se ve en la actitud de la sociedad, se cree todabia que es perdida de tiempo y de gastos inecesarios en apoyarlos y los ven como personas diferentes, por su limitación funcional, por eso para que esto cambie tenemos que empezar por cambiar nosotros, la familia y la sociedad entera, no opinar antes cuando no les hemos dado la oportunidad de demostrar que pueden ser independientes, de realizar sus actividades solos (claro con su respectivo apoyo,dependiendo la discapacidad, por ejemplo, con su silla de ruedas,bastón, rampas etc..) y que deben de estar integrados a la sociedad,ya que tienen todos los derechos como todas los demas y como lo marca la ley.Por eso me parece importante donde nos dice el artículo que las personas con discapacidad, se unan,que levanten la voz y reclamen sus derechos como seres humanos y ciudadanos que son.

Unknown dijo...

GUADALUPE DEL CARMEN HERNANDEZ NUCAMENDI

Una infinita variedad de artículos definen y explican lo que es una discapacidad; comentan y desglosan lo que incluye su historia, describiendo momentos cruciales que han modificado la perspectiva social de ésta que van desde su concepción hasta su rehabilitación. Sin embargo, en éste artículo se muestra un planteamiento trascendental de lo ineludible que es entender el origen de la estructura psíquica del sujeto en sí, más allá de la simple valoración y lucha social que ha implicado la inclusión de personas que tienen diferentes discapacidades a la sociedad “normal”.
En nuestro país, las limitaciones de recursos y pobreza se aúnan en la gran mayoría de la población con diferentes discapacidades pero no se excluye de ninguna manera a otros estratos sociales. Aunque es sabido que existe una clara diferencia, como lo maneja el artículo, por los accesos limitados debido a los costosos tratamientos que pueden actuar de manera eficaz y eficiente en los individuos.
La rehabilitación (Bernadet, 2006) es un proceso de duración limitada, que tiene como objetivo lograr que el paciente con discapacidad alcance un nivel funcional óptimo de acuerdo a su situación clínica. Partiendo de ésta definición, sabemos que la rehabilitación en nuestro país en algunas instituciones, no es lo suficientemente apta para los sujetos, tomando en cuenta que no se profundiza en el campo subjetivo del mismo. Es complejo entender cómo a partir de diferentes instancias psíquicas se juega un papel como empleado multidisciplinario en la intervención verdaderamente asombroso, pero al mismo tiempo implica aún más un compromiso y manejo adecuado de lo que pasa en el entorno familiar y principalmente en el individuo mismo.
La meta clínica (Contis J. 2003) es pues despertar al sujeto de la somnolencia, sacarlo del estado de la apatía e incitarlo al movimiento psíquico.
De esta manera, y retomando las tres instancias psíquicas que aporta Lacan: lo real (lo que no se expresa con el lenguaje y que no tiene representación), lo imaginario (la imagen que se va formando con el espejo que es el Otro, diferencia entre el yo y el Otro) y lo simbólico (el lenguaje que es lo que integra al sujeto en la cultura), puede comprenderse el lugar que ocupa una persona que nace con una discapacidad. Es por ello que la rehabilitación va más allá una simple inclusión, adaptación o eliminación de barreras arquitectónicas sino el duelo de la familia nuclear ante la ruptura de lo ideal que no representa una persona con discapacidad, y ante todo, no delegarle el mismo papel que la sociedad en general le adjudica a la persona como aquel no produce ni reproduce.
Tal vez pensemos que tendrá que transcurrir un prolongado tiempo para el cambio de mentalidad en nuestro país al intervenir con ésta población diferente, pero precisamente por ésta razón es que los que están en contacto en el empleo de modelos de rehabilitación o se encuentren mayormente involucrados ya sea como familia, amigos, etcétera, deben tratar de comprender al sujeto y ser humano con el que se están relacionando, que al igual que ellos van creciendo y evolucionando. Todo esto no es más que para contagiar al otro de ésta nueva conceptualización de ese otro, de una nueva relación para con el otro (sujeto) que se va formando con nuestro espejo cultural.

- “Psicoanálisis: Jacques Lacan: lo real, lo imaginario y lo simbólico”(2008)
http//aquileana.wordpress.com

- Amate A. “Discapacidad, lo que todos debemos saber”
Organización panamericana de la salud. Washington D.C. 2006

- Contis J. “Discapacidad: subjetividad, vitalidad interior y familia”(2003)
www.espaciologopedico.com

MIRNA dijo...

La discapacidad implica una limitación, como estado secundario a un trastorno lesional o funcional. Pero siempre, las dificultades se definen, se sitúan, se concretan en la interacción individuo- medio.

El paradigma de la diferencia procura brindar los apoyos que las personas con limitaciones funcionales necesitan para tener las vidas que ellos quieran tener y puedan sostener. Una determinada patología puede durar toda la vida; la discapacidad no tiene porqué durar tanto.

El enfoque tradicional, se traducía en una percepción del individuo a partir del déficit, olvidando el resto de rasgos que componen su personalidad Cualquier déficit debe percibirse como un rasgo más de la personalidad del individuo que la padece.

La intervención se orienta a desarrollar competencia personal que, se entiende, como un conjunto de capacidades relacionadas con la formación para el trabajo y con la autorregulación de actividades que conlleva. En otras palabras, un potencial para dirigir las tareas, las interacciones con el ambiente y las características personales que se requieren para la conducta eficiente.

Se debe fomentar aquellas actitudes relacionadas con reconocer las otras capacidades que la persona tiene, en vez de detenerse en todo aquello que no puede hacer hablamos de resiliencia la “capacidad de una persona o de un sistema social de vivir bien y desarrollarse positivamente a pesar de las condiciones de vida difíciles, y esto de manera socialmente aceptable”.

Es necesario más que explicar o establecer; analizar lo que podríamos llamar la evolución de las conciencias con respecto a las personas con capacidades diferentes. México y muchos países no cuentan con una arraigada cultura del respeto y valor a esas personas sin embargo se ha ido ganando terreno al igual en todo el mundo; en el que insisto incluso la moral está globalizada; dicho respeto a veces no es algo consiente si no tal vez un temor al ser repudiado por los demás sin embargo se presenta; pero no hace mucho los hijos con algún déficit; eran escondidos; es algo totalmente repudiado en estos días pero no hace mucho esto era algo común; es parte del enorme temor que tenemos a las diferencias, temor que es intrínseco al hombre, tanto que aún en estos días aún existe quien cree que las personas con capacidades diferentes son invalidas.
La guerra de los términos a sido una constante; DEFICIT, es la limitación o privación de una función o facultad, la cual nos puede presentar ciertos obstáculos en ciertas actividades, a eso se le llama DISCAPACIDAD; por ejemplo por un déficit visual podría estar discapacitado para leer; pero no significa que no lo pueda hacer, aunque sea de una forma distinta a la de las personas sin ese déficit; una discapacidad se puede ver rebasada. Por tanto un discapacitado es una persona con capacidades diferentes, puede hacer cualquier cosa pero de otra forma que quizás conlleve un mayor esfuerzo.
Esta ya claro un déficit puede poner una discapacidad, una barrera u obstáculo en cierta actividad cotidiana, la cual probablemente no afecte a un niño digámoslo en el proceso de enseñanza aprendizaje, por ejemplo un niño con ceguera evidentemente tendrá una necesidad educativa especial, necesita de recursos humanos y materiales distintos a los que la escuela puede ofrecer; una discapacidad es provisora de una Necesidad Educativa Especial. (N.E.E); pero no es una regla.
Estamos aún inmersos en una cultura en la que no hacemos conciencia de la gran importancia de tratar a los niños con capacidades diferentes de tal manera que salgan adelante y puedan estar inmersos en la sociedad.

Unknown dijo...

En el paso del tiempo se ha tenido que buscar las formas “adecuadas” para que las personas con alguna discapacidad puedan tener la accesibilidad necesaria para una integridad en nuestra sociedad, con esto no hay que olvidar que primero tenemos que dar una mejor educación sobre qué es una discapacidad y del papel que juega cada individuo en la sociedad. Pues uno de los errores más comunes es el tomar o considerar a la discapacidad como una enfermedad patológica y no como una condición que está afectada con respecto al estándar, con otras palabras podemos decir: que no es “normal”. Este estándar es dada por la misma sociedad, no tomando en cuenta que con esto nosotros mismos perdemos la oportunidad de conocer el potencial que tienen las personas con discapacidad; independientemente de la discapacidad que puedan tener, también tienen sus grandes fortalezas, que estas mismas llegan a compensar cualquiera que sea su restricción. Tenemos que brindar las oportunidades necesarias para lograr el mejor desarrollo de potencialidades en las personas y sobre todo tomando en cuenta, que las personas con discapacidad han tenido que ir luchando a través de los años por ser considerados como individuos activos en la sociedad y no que se lleguen a considerar como personas que no tienen lugar en su sociedad. Con esto llegaremos al punto en el cual mencionaremos a Levy-Leboyer (1975), en donde pone de manifiesto la existencia de diferentes modelos explicativos de la conducta laboral, como son: el modelo del incentivo, el psicológico y el humanista (Garmendía, Navarro y Luna, 1992).
Del cual mencionaremos al Modelo humanista; y de este mismo con Pérez López (1983), desarrolla este modelo mediante el análisis de la conducta bajo tres dimensiones: extrínseca, intrínseca y trascendente. Esto es, toda conducta viene determinada por los factores del contexto, por la naturaleza de la acción en sí y también por su utilidad dentro de su grupo. Esta idea de utilidad es la más novedoso que ofrece el modelo, ya que es donde la conducta adquiere su verdadero carácter social al trascender a niveles donde lo que impera son las necesidades del grupo de referencia.
Es, por otra parte obvio, que el nivel de satisfacción global en las tres dimensiones es una aspiración ideal. Por lo que se produce un espacio entre los valores de esa aspiración ideal y los valores de su estado presente. Dentro de ese espacio se producen todos los procesos de toma de decisiones.
Luego la utilidad de una determinada opción laboral vendrá determinada por las consecuencias que repercute, integradas dentro de cada una de las dimensiones, y por el sistema de valores que posee el propio sujeto.
Este modelo le falta datos que avalen este planteamiento, pues estaríamos considerando varios aspectos en un individuo y sobre todo sus habilidades que tiene y de una forma aprovecharlos para lograr un mejor rendimiento en su labor.

En 1982 se promulga la Ley de Integración Social de las Personas con Minusvalías (LISMI) estableciéndose la formación profesional como «un nivel del sistema educativo encaminado a conseguir la total integración social de éste, facilitando su incorporación al sistema de trabajo que le permita realizarse a sí mismo».

A pesar de lo bien que se escucha esto, las personas con discapacidad han sufrido de varias actitudes de discriminación las cuales son los mayores obstáculos que tienen que superar.
Tenemos mucho camino por recorrer y vencer muchos estigmas que se generan alrededor del desempeño que pueden tener las personas con discapacidad y sobre todo ser valorado de igual forma su desempeño laboral.

pathy avendaño dijo...

Lo que no se puede pensar es la diferencia, en vez del déficit, como una entidad en sí, (Diferente, del latín di-ferens: dos caminos), como una condición cualitativa de un sujeto que va por otro camino. El déficit es una descripción cuantitativa de un objeto comparado con un modelo previo.

Pensar a la discapacidad a partir de las diferencias requiere un esfuerzo especial tanto en elcampo científico como en el socio-político. Mecánicamente pensamos a la discapacidad como un decremento cuantitativo y objetivo, tan evidente que no podemos cuestionar su supuesto carácter concreto y su verificabilidad. La discapacidad, como falta, podría leerse desde la problemática del tener. Pero al esencializar la falta, queda sumida en la problemática del ser. Como en los convencionales, ambas series de problemas merecen ser planteadas.
Es necesario avanzar, cambiando los contextos, hacia una sociedad donde la accesibilidad sea en todo y para todos, simplemente porque todos somos personas, a pesar de la discapacidad. Los seres humanos sólo tienen una cosa en común: cada persona es un ser específico, en cuanto a sus capacidades y limitaciones. Nos parece indispensable, replantear el trabajo de los servicios educativos, sociales y de salud , para que en verdad solucionen la marginación y la discriminación.
Tiene sentido diferenciar entre lo que es déficit, en sentido estricto, y lo que constituye la discapacidad que se asocia a ésta. Un mismo déficit puede conllevar discapacidades de carácter muy distinto, en función de las características del medio en el que una persona con limitaciones debe desenvolverse. Así por ejemplo, un deficiente mental experimentará limitaciones intelectuales importantes y, con ello, dificultades para acceder a los conocimientos que adquieren otros de su edad. Pero esta limitación será tanto menos incapacitante cuanto más capaces seamos de seleccionar aquellos conocimientos que le permitan comprender y actuar en su entorno o, al contrario, contribuiremos a aumentar la discapacidad si nos limitamos a ofrecerle aprendizajes que para él nunca lleguen a ser funcionales ni contribuyan a su mejor conocimiento del entornos, en una “parodia” de normalización alejada de sus auténticas necesidades educativas.
La intervención, se sustenta en dos principios básicos: acoger el déficit ayudando a la persona en su proceso de autoconocimiento a descubrir sus aptitudes y aceptar sus limitaciones y reducir la discapacidad que puede desprenderse de ellas.

Discapacidad: Cada ser humano y la sociedad de la que es miembro, pueden ir presentando diferentes expectativas respecto de lo esperado de una persona en cada etapa de la vida y en los distintos ambientes en que se desenvuelve.

Si al momento del nacimiento, o por diversas circunstancias durante su vida (enfermedades, accidentes), resulta que esta persona no posee las facultades mínimas esperadas para su desenvolvimiento, se comienza a reconocer a la misma como con alguna discapacidad ya sea esta del orden físico y/o psíquico.

El rótulo de discapacitado supone disminución, y la palabra en sí puede predisponer a una connotación negativa de la persona, reconociéndose a la misma con un sentido que puede resultar hasta peyorativo. La expresión “es un discapacitado” muchas veces define a todo aquel al que se lo “diagnostica” como deficitario en algún aspecto. De esta manera, nos detenemos sólo en lo que alguien no puede hacer, debido a que sus propias facultades lo limitan para ello, sin contemplar la posibilidad de que esta persona pueda estar capacitada para algún o muchos tipos de realizaciones.

Docente: FIDELIA GALVIS GÓMEZ - Terapeuta Ocupacional dijo...

Aprendizaje: "Proceso de adquirir conocimiento, habilidades, actitudes o valores, a través del estudio, la experiencia o la enseñanza, dicho proceso origina un cambio persistente, medible y específico en el comportamiento de un individuo. Tiempo que se emplea en ello".
Hasta Pronto :] / Sabado 10 del 2010 - 01:00 am

Docente: FIDELIA GALVIS GÓMEZ - Terapeuta Ocupacional dijo...

Cierre de Participación para Estudiantes. Disponible para Público en General.

Venta de silla de ruedas Cancun dijo...

Primero que nada recomiedo que se cambie el tipo de letra a una más grande, por otro lado la discapasidad es algo que acompleja más a los que la padecen que a los que dicen sentir o creer lo que sentimos nosotros saludos